El mes de agosto nunca ha sido uno de los meses favoritos. Tengo la experiencia de que siempre ocurren acontecimientos más o menos desfavorables para la vida cotidiana, al menos para las personas que se quedan en su hogar; se estropea la lavadora o cualquier otro electrodoméstico, el coche no arranca, etc. a veces no tiene mucha importancia pero por lo menos entorpece el seguimiento acostumbrado. Suele coincidir con que los técnicos que conoces también están en sus días de descanso.
Si te vas de vacaciones estos inconvenientes no tiene por qué desaparecer. También se dan aunque sean en versiones distintas, por mucho que prevengas o planifiques el viaje.
Pues esto es lo que me ha ocurrido a
mí. Nunca se me podía pasar por la mente que después de buscar por toda Murcia
un taxi adaptado, contactar con el conductor, pedir presupuesto y darlo por
zanjado el asunto, con la satisfacción del deber cumplido, el resultado final fue
ver delante de tus narices una linda limusina con un conductor vestido como un
príncipe, bien peinado, pero con un coche en absoluto adaptado por ningún lado,
tan bajo imposible de meter la silla eléctrica por su altura ni con calzador, y
que el conductor con su buena voz te diga: SUBA!
Es
lógico que en la cara que se te queda es… De auténtica sorpresa!
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