miércoles, 3 de octubre de 2018

CAMBIO DE ACTITUDES


Siempre he pensado que el cambio de actitudes que tenga una determinada persona hacia cierto sector de la sociedad más discriminado, es fundamental para facilitar o dificultar la inclusión de ese sector en todos los ámbitos de la vida.
A lo largo de las últimas décadas es evidente que la sociedad ha ido evolucionando, a veces a fuerza de normativas que obligaban a cumplir con ciertos requisitos de igualdad, pero otras muchas han sido por los puros chillidos de gente que ya no aguantaba una situación de desigualdad.
No cabe duda que esta rebeldía de unos pocos, ha favorecido a crear sociedades cada vez más abiertas propensas a asimilar situaciones “no tan normales” y pensar que en una sociedad pluralista cabemos todos.
El cambio de actitudes comienza en la escuela, con los niños, los profesores, la dirección… Los padres son los encargados de elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos; religiosa, privada, pública, etc. pero no cabe duda que desde los últimos 10 años para acá se tiende a promover la integración escolar para todos. Pero ¿hemos pensado que actitudes mostramos los profesionales ante los alumnos con discapacidad? Hay algunas investigaciones —sobre todo hechas en el extranjero— que avalan que es necesario adaptar los materiales utilizados en las aulas, pero no los criterios de evaluación y cualificación. También reconocen que los profesores y personas competentes no están formados todavía para realizar una adaptación curricular adecuada.
Me pregunto a nivel personal ¿todas las personas con discapacidad poseen las mismas capacidades y se pueden medir bajo el mismo patrón?