lunes, 28 de mayo de 2018

¿INFLUYE MI MANERA DE SER EN LA PSICOTERAPIA?


         Antes de terminar la carrera ya me planteaba la cuestión acerca de cómo influiría mi discapacidad al relacionarme con los pacientes. Mi experiencia cotidiana me decía claramente que no a todo el mundo le gustaba mi presencia, o no siempre me entendían lo decía. Por lo tanto, era de suponer que no sería un trabajo fácil.
En contra partida también estaba el hecho de que mi presencia —sobre todo en determinados ambientes hospitalarios y educativos— motivaba a muchas personas semejantes a mí. Esto me hizo continuar en mi empeño y seguir para adelante a pesar de las opiniones en contra.

No quiero meterme a analizar términos tales como el significado de la transferencia o contratransferencia con el paciente, aunque habría que tenerlo en cuenta.
En el vínculo terapéutico se produce una transferencia, cuando el paciente inconscientemente, transfiere y revive aspectos nuevos y antiguos sentimientos. Así se ha podido trabajar aspectos tales como su dependencia, autoayuda, dónde estaban situados sus límites, etc. Antes de empezar a trabajar con el paciente sobre estas cuestiones, he tenido que hacer un esfuerzo analítico conmigo misma para tener claros mis propios límites.
Tampoco he sido fácil liberarme a veces de la contratransferencia. Es decir, de ciertos sentimientos o pensamientos que determinadas personas me despertaban en nuestro contacto terapéutico, no siempre positivos que tiene que ver con su persona o con que me estaba contando. También he tenido que hacer un gran esfuerzo por ser la más objetiva posible buscando alternativas que me ayudasen a resolver determinados conflictos.

lunes, 14 de mayo de 2018

CUIDADOS PALITIVOS


         Muy pocas personas se atreven a hablar de conceptos tales como; cuidados paliativos, eutanasia, diario de vida y de muerte… Y no es porque no existan las enfermedades incurables, el cáncer, u otros males sin remedio. Simplemente no nos gusta pensar en temas tristes y miramos para el otro lado pensando que “eso no me tocará a mí”.
Resultado de imagen de cuidados paliativos         Algunos profesionales no somos así. Yo me aferro a la vida, pero también tengo muy claro que no quiero sufrir en mis últimos días ni que nadie me haga pasar por lo que yo no quiero.
         A muchas personas les asusta la muerte, no quieren hablar de ella o pasan del tema. Claro que depende de las creencias de cada individuo, su edad o las circunstancias de la vida por las que está atravesando en ese momento.
         A mí personalmente me asusta más el dolor físico, el sufrimiento, pensar que tengo que pasar una larga temporada —quizás sin retorno— en muy malas condiciones tanto físicas como mentales.
         Como Psicóloga quiero ayudar a otros enfermos a pasar lo mejor posible por eso sus primeros días de su vida. Para ello previamente me tengo que preparar a mi misma para saber afrontar la situación, ver mi armonía interior siendo consciente de lo que soy. El cuidado de la vida interior como profesional es un imperativo ético.
         Cuando estudié en la Facultad es posible que aprendiese mucha teoría, pero fue necesario unos años se practica para darme realmente cuenta del significado de la empatía y saber cómo gestionar las emociones tanto mías como la de mis pacientes.
         En resumen, para hacer frente a la atención de un enfermo de cuidados paliativos, tengo que trabajar mi balance emocional. Es decir, tener equilibrio emocional para dar respuestas emocionales adecuadas al entorno teniendo en cuenta los recursos existentes. Para ello debo que mejorar mi autoconciencia, poniendo en práctica la escucha el cultivo de las emociones y los pensamientos conscientes.